1909 – 1975
1. Antepasados y primeros años
Fernando Delapuente nace en Santander 25 de abril de 1909.
En 1915, cuando Fernando contaba seis años, la familia se trasladó a vivir a Valladolid. La estancia en esta ciudad duró tan solo unos pocos años.
La inclinación natural del artista aparece desde la infancia; a los siete años, en 1916, comienza ya a realizar sus primeros cuadros, conservándose el primero de sus óleos, una pequeña tablita que representa a unos gitanos acampados en Nestares.
Sus padres reabrieron la casa de Valladolid para trasladar allí a toda la familia y así su hermano pudiese estudiar la carrera en esta ciudad pues contaba con facultad de Medicina. Esta circunstancia hizo que Fernando completara el bachillerato en la capital vallisoletana. Los meses de verano los siguieron disfrutando en Santander.
2. Estudios superiores y la Guerra Civil
Una vez completó los estudios se planteó la opción de futuro y los estudios superiores. Su padre le sugiere la posibilidad de estudiar la carrera de Leyes; así que decide estudiar la carrera de Derecho para luego preparar una oposición a notarías. En diciembre, abandona los estudios. Unos meses más tarde, Fernando, plantea a su padre la posibilidad de seguir los pasos de su hermano y ser ingeniero, cuando en realidad lo que él quería era ser arquitecto. A un mes vista del examen de ingreso, se traslada a Madrid y se presenta en la fecha prevista a la prueba de acceso de la Escuela de Ingenieros Industriales; aprobó.
Mas tarde, 1929, cuando Fernando ya estaba en Madrid estudiando segundo de Ingeniería Industrial, se acercó hasta la Academia de Bellas Artes de San Fernando para informarse de los requisitos para ingresar. Un día, coincide en el tranvía con Manuel Menéndez, aquel profesor que impartía clases en la escuela de Sordomudos de Santander; el joven le expuso su problema: tenía facilidades para la pintura, estudiaba en la Escuela de Ingeniería y le gustaría entrar en la Academia. El profesor, con mucho entusiasmo, le facilitó la asistencia a sus clases como oyente. Allí empezó a dibujar y a hacer dibujos del natural. En el mes de mayo se presentó al examen de ingreso de dibujo. Este consistió en un dibujo de una escultura. De este modo ingresa Delapuente en la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado.
Al año siguiente, en 1930, cursaba tercero de Ingenieros y primero de Bellas Artes. El tercer curso era un año más sencillo porque las asignaturas no exigían tanta dedicación y eso le permitió poder asistir a San Fernando con más regularidad saltándose algunas de las clases de Industriales. Por las mañanas tenían clase de pintura y por las tardes iba a dibujo, clase de dibujo del natural en reposo y en movimiento. Él se encontraba muy a gusto en San Fernando, haciendo el primer curso.
Aceptó la proposición de empleo y eligió la fábrica azucarera de La Poveda. Instalarse en la calle Hermosilla esquina con Velázquez.
El sábado 18 de julio de 1936 se produce el levantamiento militar contra el Gobierno de la Republica. Durante ese fin de semana el joven ingeniero decidió quedarse en Madrid ya que no tenía que ir a trabajar a la fábrica. Estuvo hospedado en el hotel hasta finales de agosto o principios de septiembre esperando a ver como se iban desarrollando los acontecimientos políticos y militares.
Una mañana de septiembre es detenido por un grupo de milicianos y conducido a la checa madrileña de Bellas Artes, es interrogado, es puesto en libertad y pasa a refugiarse en la Embajada de Cuba.
Delapuente permanece en este enclave diplomático dos años, durante los cuales no pintó nada; tuvo que esperar dos años, hasta que fueron canjeados por un grupo de milicianos y así poder pasar a la zona nacional.
El 1 de abril de 1939, la guerra llega a su fin. Con motivo de la celebración de la Victoria se les concedió un permiso y a la vuelta fue destinado a la zona de Gerona, en concreto a Olot y Camprodon. Le licenciaron a finales de 1939.
3. Los años cuarenta
Una vez que termino su paso por el ejército lo primero que hizo fue cursar las asignaturas que le faltaban para completar los estudios de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y prepararse para una oposición a la cátedra de Dibujo en la Escuela de Ingenieros Industriales de Madrid donde, una vez obtenida la plaza, estuvo impartiendo clase. Durante este período de tiempo, y en concreto en 1945, aprovecha para poner en marcha la empresa Edificios y Obras, SA, dedicada a la construcción y reformas de edificios y locales.
Debemos señalar que en febrero de 1940 solicita la admisión al Opus Dei. Comienza a realizar proyectos de casas de retiros y centros de formación, tanto en España como en Italia, por sus conocimientos como ingeniero así como por sus dotes artísticas realizando obras o asesorando en la decoración de los mismos. Podemos citar, a modo de ejemplo, la sede central del Opus Dei en Roma, Villa Tevere, donde se incorporará, a la vez que Miguel Fisac, en mayo de 1949 para dirigir los trabajos de construcción y reforma de los edificios hasta que vuelva a España en 1953. En España trabaja en diferentes labores para el Colegio Mayor Moncloa durante 1943; la casa La Pililla, en la provincia de Ávila, en 1947; la casa Molinoviejo, en la provincia de Segovia, en 1948; y un largo etcétera.
Durante estos primeros años de la década de los cuarenta y contando ya con el título de San Fernando, pudo dedicarse a la pintura con más entrega. En este período hace sus primeras series de cabezas del natural y bodegones, géneros que practicará a lo largo de toda su carrera artística, y que en este caso tienen una clara influencia academicista. También pintará el retablo para el Colegio Mayor Moncloa.
Unos años después, en 1949, deja definitivamente la Escuela de Ingenieros Industriales y se marcha a Italia. Es Roma la ciudad que le da cobijo, donde asiste a clases en el Centro Internacional de Pintores de Vía Marguta, pero recorrerá toda la bota italiana para capturar en sus lienzos ciudades como Florencia, Venecia, Viareggio, La Spezza, Milán, etc. En un primer momento recibe clases de dibujo y pintura. También estuvo en contacto con la Academia de España en Roma, siendo director de la misma en aquel momento el pintor Fernando Labrada, que había sido nombrado en 1948.
4. Italia y su influencia en el artista
Como se ha indicado anteriormente, en Italia Delapuente pasará cinco años, hasta 1953. Es en Roma donde evoluciona hacia un estilo personal dejando atrás los parámetros academicistas aprendidos en sus años de formación para comenzar a definirlo como un pintor moderno Giorgio de Chirico, Carlo Carrá o Modigliani.
Tal era la presencia de este tipo de paletas que en su época de estudiante en la Escuela solía utilizar refranes como “Tierras y Sienas a manos llenas” o “El azul en el baúl”.
Vuelve a España y se instala en Madrid; centra su atención en las tierras de Castilla. Pinta con una paleta de amarillos, inspirados en Vincent van Gogh, y colores cenizos, a la vez que recoge escenas cotidianas y paisajes madrileños. Durante estos dos años, 1954 y 1955, elige Castilla para pintarla porque fue lo que le impresionó mientras estaba en Roma y añoraba la patria.
Inicia la serie dedicada a la Ría de Bilbao, que estará dividida en dos momentos, este primero de 1955 y otro posterior en torno a 1966.
5. El viaje a París de los años cincuenta
En 1955 participa en la Tercera Bienal de Arte Hispanoamericano de Barcelona, donde le seleccionan tres obras: Sol de Castilla (184, 1955), Piazza di Spagna (149, 1954) y L´Isola di Capri (125, 1952). Al año siguiente expone en el Museo de Bellas Artes de Santander.
Destaca de este período la exposición en las Galerías Layetanas de la ciudad condal.
De nuevo realiza un viaje a París. Es su segunda estancia en la capital francesa después de la que había realizado con una beca en la época estudiantil.
El santanderino siempre tuvo la intención de establecerse en París, sueño de muchos artistas, y estar en contacto con las tendencias pictóricas del momento. Gozó de una beca en los primeros meses, pero al terminarse se trasladó a una buhardilla en la calle de Saint Germain-des-Près, muy cerca de la plaza de Saint Germain. Delapuente, a pesar de las penurias, estaba feliz pues estaba viviendo su sueño: vivir en París y pintar. Los pocos recursos económicos con los que contaba los empleaba en adquirir pinturas y telas pues en esto no quería ahorrar nada, de modo que se lo quitaba de comer. Sus almuerzos solían consistir en aquellas jornadas de una lata de sardinas, una baguette y un refresco, que devoraba en un banco del Jardín de las Tullerías.
Se presenta a la L´École de París en el Museo de Arte Moderno con dos cuadros: El toro (193, 1955) y Los jugadores de cartas (257, 1956). Con el éxito cosechado en esta exposición colectiva se plantea hacer una exposición individual. Exponer en 1957 en la Galería Bénézit, siendo presentado por el pintor Georges Pillement. Los temas de las telas que seleccionó son paisajes castellanos, parisinos y la serie colorista dedicada a Italia. Esto le facilitó algunos ingresos gracias a la venta de algunas de esas obras y así poder reponerse.
De esta estancia parisina, muy ardua y austera por la escasez de fondos económicos, destaca también la exposición en las Galerías Charles Durand-Ruel, en la Avenue Friedland, establecimiento heredero de la conocida como la galería de los impresionistas en el siglo XIX y primeras décadas del XX. Esta tenía dos grandes salas. Delapuente cuelga obras en ambas. En una de ellas expone los cuadros de Castilla, que había pintado en España junto con obras realizadas en el propio París y algunos bodegones, que fueron bien acogidos. La otra sala contuvo las telas pintadas en Italia, era la sala luminosa, con lienzos grandes, en torno a unos veinte, y que contenían escenas de Roma, Venecia, Viterno y Capri.
6. Su regreso a España
La muerte de su padre en 1958 hace que Delapuente regrese de nuevo a Madrid.
En 1962, expuso en la Galería Quixote, en la que expone por primera vez obras de paisaje urbano de la ciudad, para esta ocasión contó con Enrique Lafuente Ferrari para su presentación. También es seleccionado para participar en la Exposición Nacional de Bellas Artes, con la obra París, La Place de Clichy (411, 1958). 1964 es para él un año muy prolijo pues expone en el Club de la Rábida de Sevilla, participando en una colectiva, en Torremolinos participa en otra colectiva junto con otros siete pintores y escultores, que fue patrocinada por la galería Neblí. Organizaba por esta misma galería realiza una muestra en Salamanca y Valladolid. Además, es seleccionado para la exposición XXV años de arte español celebrada en el Palacio de Exposiciones del Retiro de octubre a noviembre, para la que presenta El casón y la estatua de María Cristina (562, 1963) y Plaza de Santa Cruz (558, 1963).
En estos años desarrolla también una nueva serie de bodegones.
Expone en la Galería Neblí entre abril y mayo de 1965. Es la exposición en la que expone la serie de Andalucía donde exhibe treinta cuadros de paisajes de Andalucía la Baja.
A su regreso a Madrid localizó un nuevo estudio, en la calle Lagasca, que fue el que conservó hasta el final. Aquí es donde traslada a los lienzos todos esos apuntes e ideas que había ido tomando por los campos andaluces y que dio como resultado la serie Andalucía. Esta fue expuesta en 1964 en una muestra colectiva en el Club La Rábida. De hecho, la inspiración para algunos de los cuadros la encuentra precisamente en La Rábida, donde está la Universidad que impulsó Vicente Rodríguez Casado con el que colaborará en multitud de actividades. Entre abril y mayo de 1965 se expuso en la Galería Neblí, de la calle Serrano. Para esta ocasión contó con el apoyo del arquitecto Miguel Fisac, el respaldo de los pintores Pancho Cossío y Vázquez Díaz y con la presentación del crítico de arte Juan Antonio Gaya Nuño.
7. Ingeniero y artista
A mediados de 1961, junto con el arquitecto Heliodoro Dols, montó el Estudio de Ingeniería, Arquitectura y Decoración en la segunda planta del número 9 de la calle Montalbán de Madrid. Entre julio de 1961 y finales de 1962 viaja a Pamplona, donde pasa largas temporadas, para llevar a cabo la proyección del Campus Universitario y, en particular, el Edificio Central de la Universidad de Navarra, contando con el apoyo de los arquitectos Ignacio Araujo y Juan Lahuerta.
Participa, con las obras La puerta de Alcalá, con el Espartero con caballo y todo (680, 1966) y Madrid, la Casa de Correros mirando la Cibeles con sus leones y chorritos (683, 1966), en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1966[1].
Será también en este año cuando emprenda la segunda etapa de la serie dedicada a la Ría de Bilbao.
Al año siguiente, en 1967, hace una exposición personal en la sala de arte Alvia de Bilbao, que inauguró él mismo.
Durante los años 1966 y 1968 se embarca en un proyecto que le fue propuesto para el hotel Meliá Don Pepe, de Marbella. Realizará en total veintidós lienzos en los que retrata a figuras femeninas en diversas variantes.
En 1968 y tras la exposición en el hotel Meliá Don Pepe viajó a Córdoba donde se reunión con un grupo de nuevos pintores y escultores para exponer en la Galería Céspedes bajo el título Nueve pintores y tres escultores. El siguiente año, 1969, presenta dos obras para la exposición itinerante de Pintores Figurativos en la España Actual, que organizaba la Dirección General de Agricultura Popular de Madrid. Una es una vista de El Escorial desde la presa (723, 1967) y la otra es un retrato a la actriz Jean Shrimpton (814, 1968), captada con pantalón azul a la orilla del mar. Esta muestra viajó a San Diego y a San Luis de Missouri (USA) pero para estos destinos solo pudo llevarse el paisaje pues hubo que reducir el número de obras a enviar.
8. Los años postreros
La década de los años setenta, a pesar de ser la última, cuenta con diversas exposiciones de interés. Así, en 1970, participa en la Exposición Nacional de Bellas Artes y es seleccionado, como artista premiado, para la Exposición Nacional Itinerante que viajará a diversas capitales españolas. También expone ese mismo año en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid cuarenta y cinco lienzos de la serie de Madrid, donde es presentado por José Camón Aznar. Al año siguiente, 1971, en la Galería El Pez de San Sebastián, presentado por el Marqués de Lozoya, también en la Galería Sur de Santander, presentado también por José Camón Aznar y participa, como artista invitado, en la exposición “Dibujos de Pintores Montañeses actuales”, que fue organizada por el Instituto Juan de Herrera, perteneciente a la Institución Cultura de Cantabria, y, en Barcelona, participará en la III Bienal Internacional del Deporte en las Bellas Artes. En 1972 destaca la exposición personal en la Galería “Camarote Granado” de la ciudad condal con cuarenta y cinco telas, en su mayoría marinas, y es seleccionado, con las obras Arrebato de cielo y mar (933, 1971) y La Cuesta de Moyano con sus libreros y lecturas (948, 1971), para la Exposición Nacional de Bellas Artes donde el primero de los lienzos es premiado.
Será en estos últimos años de su vida cuando regrese a sus orígenes y fije su residencia en Santander en el verano de 1971, lugar al que no había vuelto desde 1934. Allí pinta y hace apuntes tanto de la ciudad que le vio nacer como de las tierras cántabras. Aun así, durante estos años continúa viajando visitando en 1973 Nueva York, donde expondrá en la Galería Wally Findley.
Un año después viajará a los países de América Central que le inspiraran la serie Caribe. Toda esta serie la expondrá al año siguiente, en 1975, en la galería Columela de Madrid donde fallecerá el 1 de noviembre de ese mismo año.







