Italia: colorismo y esencialidad

Italia: colorismo y esencialidad

Italia: colorismo y esencialidad 409 533 Fernando Delapuente

Entre 1949 y 1953 reside en Roma y desde allí recorre toda Italia. Serán unos años decisivos para afianzar su propio estilo, su camino y su lugar en el arte. Viaja por Florencia, Venecia, Milán, Viterbo, Rávena… Y en uno de esos viajes, tiene la oportunidad de conocer la obra expuesta de Van Gogh, del que aprenderá a pintar sus cielos dominantes. Las pinturas de Vlaminck, Matisse y Derain que contempla en un viaje a París, dejan una impronta fauvista en su obra que se salda con un estallido de color. Al mismo tiempo, el contacto con la pintura de Carrá, Casorati, De Chirico o Modigliani, le hace ver la importancia de la sencillez expresiva, de la búsqueda de la belleza de lo esencial. A partir de entonces para Delapuente la esencialidad y la aspiración colorista van a ir unidas.